A semejanza de la constitución de los seres vivos, las viviendas cuentan con una estructura soporte, una envolvente térmica y unas instalaciones interiores que equivalen al esqueleto, a la epidermis y a los órganos vitales, respectivamente. Los tres aspectos mencionados deben estar en perfecto estado, para que dichas viviendas aporten seguridad, habitabilidad y confort.

Las actuales instalaciones interiores de las viviendas, aún siendo reglamentarias, son manifiestamente mejorables en cuanto a la ubicación y cantidad de los puntos de utilización de las instalaciones eléctricas (interruptores y tomas de corriente fundamentalmente) y, en menor medida de las instalaciones de telefonía y televisión: las instalaciones en mal estado pueden dar lugar a determinados riesgos que afecten a la seguridad de las personas y bienes y a un uso poco racional de la energía.

El trabajo de investigación y desarrollo que realizan los profesionales de la construcción, los instaladores, los fabricantes de material eléctrico, especialistas de las Escuelas de Arquitectura, etc., está permitiendo mejorar las instalaciones desde el punto de vista de la utilización, creando instalaciones modernas, seguras y eficientes como se pondrá de manifiesto en las ponencias que se van a presentar en la jornada.